Bienvenido ávido lector, te aventuras a entrar en un mundo que (me veo en la obligación de advertirte) puede sobrecogerte.
¨¡Bah, exageras!¨ pensarás y puede que no te falte razón, pero mi deber es transmitirte que estás a punto de cruzar el umbral de la cordura y la decencia para sumergirte en una dimensión en la que las reglas del juego que conoces no sirven.

Yo te acompañaré, si te decides a cruzar. Aunque no sé si eso debería tranquilizarte o alamarte más.
No correrás más peligro que el que tú decidas y no iremos más allá de lo que desees. Tu criterio será siempre el que marcará la frontera, pero has de ser cauto y no confiar ciegamente en él, pues puede que allá a donde te diriges se vea alterado sin saberlo.

Si te crees preparado has de saber que existe una norma para todo el que emprende ese viaje, es una regla clara y sencilla en su planteamiento, pero más difícil de cumplir de lo que parece: En cuanto pases de este punto has de ir con la mente abierta, no has de compartir nada de lo que veas salvo si es tu voluntad, como te he dicho tú decides, ni tan si quiera e pedimos que lo entiendas, sólo que lo respetes nada más.

¿Qué me dices? ¿Continuamos?

miércoles, 9 de febrero de 2011

Miedo

No voy a contaros como el pequeño Jimmy se perdió en el bosque en medio de una acamapada con terribles consecuencias; ni la horrbile historia de la maldición que persiguió a unos profanadores de tumbas en Egipto tras encontrar la del faraón Abedul XXV.

No, voy a algo mucho más sencillo, mucho menos espectacular. Al miedo común, al que sentimos todos, pero cada uno a su manera. Todos tenemos miedos, los hay muy distintos y variados, pero son miedos al fin y al cabo. Los hay que temen las arañas, otros la oscuridad, uno de los más comunes y extendidos es el miedo a la muerte que tiene como amigos a otros miedos muy habituales como el miedo a envejecer o el miedo a no ser recordado. Gran parte de las obsesiones del ser humano tienen mucho que ver con los miedos, que nos condicionan y configuran en lo que somos.

Yo siempre he sido una persona más bien cobarde. No porque tenga muchos miedos, supongo que más o menos como todos. Sino porque permito que estos miedos me condicionen y me impidan hacer lo que quiero. No lo digo para dar pena, es únicamente culpa mía. La vida es una cuestión de elcciones y yo puedo elegir entre hacer lo que quiero aunque me supongo el esfuerzo de enfrentarme a mis miedos o quedarme mirando la vida pasar, si hago una elección inadecuada no puedo culpar a nadie más que a mí mismo.

Pues bien, en mi caso, hay un miedo en particular que me abruma por encima de todos los demás y me dispongo a confesarlo (total este blog lo ve menos gente que CNN+). Me aterroriza el fracaso, me da pánico, me paraliza de un modo literal. Esta es la conclusión a la que he llegado y es que no puedo explicar de otra manera mi continua pasividad ante cosas que no sólo debo sino que quiero hacer.
LLega a puntos tan extremos mi terror que creo que el llevar 8 años en una carrera relativamente fácil (que nadie se ofenda, sólo hablo de mi nivel de trabajo) es una manera de no tener que enfrentarme a un mundo en el que pueo no conseguir lo que llevo toda la vida dando por hecho. Tan terrible es mi pánico que creo que puedo ir incluso más allá y tengo la teoría de que elegí esta carrera para poder tener una disculpa a pasarme años en ella, porque como no me gusta...
Va tan lejos mi pavor que cuando intento hacer algo para superar esa pasividad que me caracteriza y organizarme intercalando con mis deberes cosas que me gustan, como escribir, practicar magia, ver cine, leer, etc, de repente no me apetece hacer esas cosas para así evitar tener que hacer lo demás y evitar también el identificarme tanto con esas cosas que pueda sentirme fracasado con ellas.
Es tan grave mi pánico que cuando llevo un par de semanas publicando en el blog y me siento contento por ello y con ganas busco disculpas internamente para no seguir haciéndolo, no sea que me de ánimos para hacer más cosas.

Podría poneros miles de ejemplos más, pero no quiero entristecerme para el resto del día, ni resultar demasiado redundante y creo que se ha captado la idea; así que prosigamos introspectiva por otros derroteros.
Ahora llegamos al punto de la paradoja, pues sintiendo este miedo profundo que me bolquea y paraliza lo lógico, lo normal, es que me sintiera profundamente desesperanzado, que fuera una persona tendiente a la autocompasión (que aunque lo parezca en este post no es así), pero sin embargo soy un optimista empedernido y creo que eso es otro engaño más de mi subconsciente (no os equivoqueis, me encanta ser optimista), que sabe que en caso de dejarme sumir en la desesperación llegaría a un punto de inflexión. El caso es que estoy tan convencido de que al final todo saldrá como debe que no hago nada, porque ya se arreglarán las cosas, supongo y sino, bueno ya buscaré algo.
Pero esa no es la paradoja más grave, está el hecho de que pensando todo esto también me siento un fracasado, es más me avergüenzo de mí mismo, lo cual, creedme, es un sentimiento terrible, pero no peor que pensar que al final de tu vida la habrás desperdiciado y que aún sabiéndolo no harás nada al respecto. Entonces, llegado a esta conclusión ¿por qué no haga nada? sí vale lo intento, pero no llego a ningún lado. ¿Por qué no estoy convencido para hacer lo que haga falta? No os imaginais como envidio a la gente que tiene claro lo que quiere y lucha por ello hasta la extenuación, porque en ese caso da igual que lo consigas o no, podrás sentirte bien contigo mismo.

En fin suopngo que nadie lo leerá, pero si alguien lo hace que no se deje influenciar mucho, supongo que necesitaba decirlo, pero os prometo que en la próxima entrada o la próxima vez que os vea seré de nuevo el loco que intenta hacer gracia a todo el mundo, en eso sí que nunca fallo.

sábado, 15 de enero de 2011

La muerte tenía un precio y no era caro

¨Este es un pequeño fragmento de un libro que estoy escribiendo, aún no sé como encajará en la historia, pero hace un par de día a Pantxo y a mí nos surgió la idea de que la muerte se pudiera contratar y me puse a escribir, espero que os guste¨

... y cuando parecía que todo estaba perdido y que no solución para nosotros, en ese preciso instante vino la muerte a llevárselo. Nunca había visto a la muerte antes, no había tenido la oportunidad hasta ese momento. Era más alta de lo que me esperaba, era realmente un ser majestuoso. Rondaba los 2 metros, su túnica era de un negro brillante (realmente precioso pensé) y para estar únicamente compuesta de huesos era bastante guapo (a pesar de ser conocida como ¨LA muerte¨ siempre me he inclinado más a pensar que era macho , además tenía una voz muy varonil).

Al llegar se dirigió al que hasta ese momento parecía que iba a ser nuestro verdugo (aunque hablar de verdugos en presencia de la muerte hace que esa palabra pierda bastante el sentido) y le dijo con voz clara y bastante sensual para lo que se podría suponer:

-Es tu hora, de hecho ya llegamos tarde- Tras decir eso se giró hacia nosotros y con lo que parecía ser una cálida sonrisa (en caso de una calavera es difícil de saber)y nos dijo- Tenemos algo de prisa, pero si deseáis acabar con lo que estábais haciendo, no tengo inconveniente. Si prometeis que será rápido, claro.

-No, no; no se preocupe, si esto era un asunto vanal. Continuen por favor, no quisieramos entretenerlos. Por cierto, si me permite, he de decirle que es un ser bastante más atractivo de lo que se suele contar.- Dije con todo el aplomo que me quedaba.

-Vaya gracias. no suelo oír muchos cumplidos, generalmente la gente sólo corre y grita en cuanto me ve. Eres muy amable y por favor tuteame, me haces sentir mayor. En fin no nos podemos entretener.- Se giró para su nueva adquisición y perdiendo ese tono dulce en la voz que hasta ahora le había caracterizado pronunció un seco- ¡Vamos!

-Yo sí quiero acabar lo que estábamos haciendo- Dijo el condenado mientras nuestras caras adquirían un color blanquecino, tenía la esperanza de que con el susto se le pasase el empecinamiento en matarnos.

-¡Tú calla! Que por tu culpa llevo retraso, sabías perfectamente dónde y a qué hora debíamos habernos encontrado, te mandé un mail y sé que lo leiste. No me hagas enfadar o echo una papeleta con tu nombre para el sorteo de los 100 años de castigo divino que hay mañana y creeme, lo de divino es sólo un nombre comercial.

Y mientras caminaban se desvanecieron poco a poco, un espectáculo digno de ver.

Tiempo después me enteré de que la muerte además de su trabajo como funcionario aceptaba también encargos a nivel personal. Sus tarifas eran adsequibles y su trabajo eficiente. Por lo visto el título de la película ¨la muerte tenía un precio¨ no estaba tan equivocado como podía parecer.
Resulta que más de un año antes de este suceso la muerte había sido contratada para ocuparse de nuestro ¨amigo¨, los que la contrataron pretendían eliminarlo al día siguiente, pero la muerte tenía una agenda muy ocupada, por lo tanto, debería haber rechazado el trabajo. Pero como se trataba de una persona que no le agradaba mucho y los contratantes pagaban bien, decidió asignar al futuro muerto una enfermedad terminal de la que se enterearía al día siguiente e ir a buscarlo cuando tuviera un hueco, pero el caso se le había traspapelado y tardó más de lo apropiado. Esto explica porque el cadaver de nuestro ¨amigo¨ perseguidor tenía un aspecto tan poco saludable e incluso por qué llevaba puesta una bata de hospital.
El cómo llegué a conocer los servicios que presta la muerte y para qué lo descubrí es un tema que os incumbe demasiado

martes, 11 de enero de 2011

100 formas de hacer el amor sin practicar sexo

Sé que el título puede resultar algo contradictorio y cuando os de la explicación, puede que algo decepcionante.
A los que estuvieran pensando en una nueva aplicación que sumar a su banco masturbatorio, me veo en la obligación de decirles que se irán decepcionados. Las que creyeran que estoy abogando por que sus novios las traten con más cariño y ternura a la hora de tener relaciones, lamento comunicarles que no se trata de eso.

Vayamos a la expresión ¨hacer el amor¨ desde luego el verbo hacer implica crear algo y por otro lado amor tal como nos indica la RAE en su primera acepción quiere decir ¨sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser¨. Por lo tanto podríamos decir que hacer el amor es crear un sentimiento de necesidad de unión con otro ser.
Sé que muchos (soy demasiado optimista con respecto al número de personas que leen mi blogg) seguireis pensando en la unión en términos sexuales, otros quizás hallais ido a un terreno mucho más profundo y espiritual, sin embargo os diré que todos acertais y todos estais equivocados. Yo de hablo de unión en un planteamiento mucho más amplio, cualquier tipo de acercamiento hacia un persona.
El sentimiento de necesidad, lo cosidero también en un sentido amplio de modo que podríamos decir, al menos así me lo enseñan en términos económicos (mis padres estarían orgullosos viendo que no ha sido un dinero del todo malgastado el de mi educación), que se trata de cualquier sentimiento de carencia o falta o por el contrario cualquier nueva apetencia o requerimiento.

Una vez explicado esto considero que hacer el amor es cualquier situación que te genere ganas de mantener o aumentar el nivel de acercamiento a esa persona o personas con las que estás compartiendo una situación o momento concreto.
Por ejemplo si salgo una noche y me encuentro con tres chicas que no conozco, me paro a hablar con ellas y nos hacemos reir mutuamente, lo pasamos bien y nos apetece seguir hablando, podría decir que esa noche he hecho el amor con tres desconocidas.

Por otro lado también podríamos sustituir hacer por generar y amor por cariño, por lo tanto cuando alguien hace algo que te hace tenerle algo más de apego, está haciéndote el amor y viceversa. Como ejemplo podría decir que si le hago un regalo sin mayor motivo a una persona que conozco seguramente le este haciendo el amor en ese momento (dicho así parece pagar por sexo ¿verdad?).

Esto sugiere algunas preguntas interesantes como: al conseguir algo por lo que llevo tiempo peleando que me haga sentir orgulloso de mi mismo, me estaría haciendo el amor a mi mismo, entonces ¿me estaría masturbando?
Desde luego lo que parece que está claro es que hacer el amor en grupo tiene que ser mucho más divertido, aunque a veces uno necesita hacerlo sólo (para mí siempre llevará tilde) con otra persona y a veces incluso él solo.

Lo que intento transmitir al fin y al cabo, es que todos hacemos el amor en todo momento, es algo que necesitamos y que disfrutamos profundamente.

En resumen, que quiero hacer el amor con todos y cada uno de vosotros.

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Por qué es rojo el atardecer?

Hace muchos años, en un tiempo de leyendas, en la época en que situamos los cuentos de princesas encantadas, cuando aún las hadas se dejaban ver a los que decidieran dar un paseo por el bosque y la naturaleza se comunicaba con nosotros.
En aquella época mágica, vivía en una casita humilde una chica cuyo nombre ha sido cambiado tantas veces a conveniencia del narrador de la historia que se ha perdido en el devenir de los siglos. Esta muchacha habitaba su hogar acompañada de su pobre madre enferma y su hermana pequeña. Así pues ella tenía que hacerse cargo de las labores de la casa y de cuidar a su madre, para los recados enviaba a su hermana y así ella podía quedarse atendiendo los quehaceres diarios.
Tanto se esmeraba en cumplir con su función esta bellísima mujercita que apenas salía de su casa. No tenía tiempo para ello, pues siempre estaba ocupada, aunque siempre afrontaba cada nueva labor con una sonrisa, tan hechizante como el resto de su precioso rostro.

Así transcurría su vida hasta que un día llegó a su casa una carta para su madre. En ella se le invitaba a la boda de su sobrina, que sería dentro de dos días en un palacete bastante próximo a donde ellas vivían. A la madre le producía mucha tristeza no poder asistir a la boda de su única sobrina y como quería saber hasta el último detalle de cómo transcurría la ceremonia encargó a su hija mayor que acudiera a la boda de su prima en su lugar.
Nuestra dulce protagonista, obediente, aceptó el encargo de su madre la cual hizo llamar a una modista amiga suya para que le confeccionara a su hija un magnífico vestido que realzara su figura esbelta y firme. Del peinado se encargó su hermana pequeña que, aunque joven, tenía una enorme destreza en estas artes.

La boda era de noche así que cuando el sol empezó a ponerse nuestra hermosa joven salió de su casa dispuesta a llegar a la ceremonia. Tal era su belleza que todo el mundo se paraba a mirarla, enmudecían a su paso tanto los humanos como las criaturas del bosque, incluso el mismo astro rey sabiendo que no podía competir con la luz y calidez que desprendía esta hermosa dama enrojeció avergonzado y se ocultó en seguida.

El sol durante el resto de la noche recapacitó y superó su envidia, llegando a la conclusión de que debía hacer algo para conmemorar ese maravilloso momento.
Desde entonces todos los atardeceres de verano, como era aquel, se tiñe el cielo de rojo recordando la increíble belleza de aquella chiquilla.

Va dedicado a Gaila y a Meri, ambas inspiradoras indirectas de esta historia ;)

viernes, 26 de noviembre de 2010

Aburrido

Aburrido, hoy estoy aburrido, mis compañeras de piso están aburridas, la gente publica en las redes sociales su aburrimiento.
Creo que no somos nosotros, creo que el mundo está aburrido y creo que nos lo transmite de todas las maneras que puede.
El tedio se apodera de la Tierra en este día en el que el tiempo transcurre cansino, el clima está agobiado de ser cambiante y se vuelve un remanso de aburrida paz fría e insulsa.
Hoy el mundo está tan aburrido que las montañas rusas van despacio, los mafiosos se disparan con balas de fogueo, a James Bond le han quitado el 00 y se ha convertido en un soso 7 que no hace más que repetir su apellido al presentarse. Los funcionarios no alargan demasiado su hora del café y los niños no lloran en el cine de principio a fin de la película.
Los telediarios no hablan de desgracias y la bolsa no arroja resultado ni positivo ni negativo.
Hoy el perezoso parece no va más lento que los demás animales, hoy el perezoso somos todos.
Es un día de esos en los que google no cambia su logo porque no hay nada especial que destacar.
Hoy los contables…. hoy los conta… hoy… hoy los contables son aburridos, tan aburridos como siempre.
La gente no tiene más ganas de llorar que de costumbre, pero tampoco más ganas de reír. Si el día de hoy saliera en el calendario no tendría santo y quizás no tendría número tampoco, un sencillo hueco en blanco, pero de un blanco apagado como el de las sábanas gastadas con el tiempo. Hoy es un día en que hasta dormir parece una solución inconsistente.
Hoy los náufragos han dejado de construir inseguras balsas para escapar de sus islas desiertas, más cargadas de esperanzas y voluntades férreas que de madera y cuerdas. El mar está quieto, pero no en calma y se ha vuelto gris porque se ha cansado de reflejar el cielo, un cielo que sólo está medio nublado.
La música suena a poco volumen y las luces son tenues, las fiestas son reuniones y las juntanzas coloquios, los jefes mandan, pero no mucho, los ogros y las hadas, los elfos y las brujas, aves fénix, árboles parlantes, unicornios… invernan en las páginas de los libros a la espera de un resquicio de imaginación infantil que los despierte y los haga sentirse vivos de nuevo.
Hoy la inspiración no juega conmigo, no se ríe de mis desgracias abandonándome a mi suerte ni se abre amante mí como la amante desnuda que en ocasiones puede llegar a ser. No me mortifica yendo y viniendo, ni me hace sentir irresponsable por atenderla en lugar de seguir con mis quehaceres.
Hoy se parece demasiado a todo lo que ya ha pasado como para parecerse en algo a cualquier día de mi vida.
La tierra no gira y su eje deja de abanear, pero no nos condena a una muerte irremediable, ni a una catástrofe, sólo se detiene en un incesante caminar.

Hoy el planeta, como todos, necesita un descanso y ha decidido no esperar a que le concedan vacaciones, se ha tomado el día libre y si alguien le quiere algo que espere a mañana que el móvil lo tiene apagado y no piensa encenderlo por ahora.

Espero que la Tierra se recupere pronto y nuestras vidas puedan volver a girar y dar vueltas y que no dejen de ocurrirnos cosas que no podemos controlar y otras muchas que no queremos controlar, aunque finjamos todo lo contrario. Espero que nuestro planeta se quede satisfecho pronto y nos permita retomar el ritmo al que estamos acostumbrados, o nos dé la oportunidad de replantearnos si ese ritmo es el adecuado. Sencillamente espero que el mundo vuelva a ponerse en marcha pronto. Pero mientras esto no sucede yo también me voy a tomar un descanso.


PD: Alguien me dijo que hiciera esta entrada, así que para ti va dedicada (sin haberlo planeado me ha salido un pareado :P)

jueves, 18 de noviembre de 2010

Nunca me dejarás solo

Hoy estoy aquí para confesarme, tengo algo que contaros, pero me da vergüenza. No quiero que se sepa y a la vez quiero abrir la ventana y gritárselo al mundo (pero llueve, así que por ahora voy a limitarme a escribir).
Estoy en mi habitación pensando en ello y no puedo evitar que se me dibuje una sonrisa en la cara y es que este es uno de los síntomas de mi situación.
No creí que me pasaría otra vez, no lo descartaba, pero en este momento de mi vida no me sentía preparado, pero lo maravilloso de esto es que te ocurre sin pensar, no lo eliges, viene y listo.
No pensé volver a escribir sobre esto, no creí que llegaría el día que me pondría ante la pantalla de nuevo, para contarle a todo el que lo quiera saber que he vuelto a caer y que esta vez espero que sea para siempre (aunque eso es lo que pensamos siempre). No acabo de creérmelo del todo y sin embargo estoy completamente seguro, como diría Smash Mouth ¨not a trace of dubt in my mind¨.
Sé que algunos no lo entenderéis, creereis que esta es otra de mis típicas bromas y que esto acabará con migo señalando y diciendo ¨JA…JA…¨ o incluso me arriesgaré con un ¨Bazinga!!¨, pero os aseguro que es cierto y que no hay otra cosa en la que piense ahora mismo. Tendría que estar en clase y/o preparando la bolsa para pasar el fin de semana en Vigo, pero necesito expresarme, necesito que todos os sorprendáis tanto como yo de que vuelva a estar en este punto y que algunos os sintáis alegres porque quizá sea lo que necesito y que otros os asustéis un poco porque ¨no sé yo si veo a Brais ahora preparado para esto, no creo que salga bien¨. Necesito generar en vosotros alguna sensación porque yo ahora mismo estoy rebosante de ellas.
Si fuera poeta le escribiría unos versos (aunque no lo sea no lo descarto porque como nos dice Sir William Tacher en Destino de caballero ¨el amor me ha dado alas y debo volar¨), si mis dedos valieran para algo más que para jugar al tetris y mi oído no sirviera sólo para no caerme al suelo, le escribiría una canción, una de esas que fuera ¨la canción más bonita del mundo¨ y que a la vez ante lo que pretendo se quedara como una ¨canción sin emoción¨. Pero no soy artista, o no tanto como pretendo, así que sólo me queda dar rienda suelta a la verborrea verbal que me atosiga esta mañana y dejar constancia de un renovado amor que surge dentro de mí.
Los pocos que a estas alturas os lo creáis, no podréis evitar preguntaros de quién, cuál es el objeto de mi deseo, bajo que máscara se guarda a quien una vez más se ha hecho guardian de mis anhelos y destino de todas mis elucubraciones.
Sí, así es, vuelvo a estar enamorado, ya casi no creía en ello, pero de nuevo el amor ha entrado en mi vida y no puedo evitar estar de un humor excelente, quizás se os contagie algo. Pero tranquilos no es un capricho pasajero, no es un amor a primera visa (no sé si eso existe, pero desde luego no es como yo entiendo el amor por ahora), algunos incluso me habéis oído decirlo antes, aunque nunca tan en serio como ahora.
Como, aunque seguro que sin éxito, he intentado generaros algo de misterio, creo que es hora de que me confiese por completo.

Me he enamorado, profunda y totalmente, de la raza humana, sí, en serio, esto no era una broma quiero pasar toda mi vida con ella, quiero que este ahí cuando me duerma y que siga ahí cuando me despierte (en palabras de un narcoléptico esta frase se hace un poco esquizofrénica). Quiero verla todos los días y quiero sentir que jamás me separaré de ella, quiero estar ahí en todos sus momentos importantes y quiero apoyarla hasta el final en todos sus proyectos de esos que llenan al mundo de ilusión.

Sí lo sé, no es la mejor, de hecho muchas veces ni siquiera es buena, puede ser cruel e implacable, puede ser capaz de cosas tan condenadamente intolerables que ni siquiera podamos imaginarlo, puede ser absurda hasta tales límites que desquicie al más loco y al más cuerdo al mismo tiempo, puede hacer que todos nos sintamos horriblemente mal y que aun así no hagamos nada por evitarlo, puede que en ocasiones sea una de las peores cosas que ha visto la Tierra y puede que con el tiempo aún vaya a peor.
Pero yo la quiero, con toda mi alma, porque estoy seguro de que en su corazón hay bondad y me niego a pensar que su naturaleza es mala. La quiero porque ha sido y será capaz de cosas increíbles, la quiero porque no puedo dejar de pensar en todo lo que ha hecho y no puedo evitar que me emocione todo lo que hará. La quiero porque me apasiona pensar en con qué cosa nueva me sorprenderá esta vez y por más que la conozca nunca lo consigo estar ni cerca. La quiero, la amo, la adoro porque me desquicia día tras día y a pesar de ello consigue continuamente hacerme sonreír.

Sé que pensáis que os estoy tomando el pelo, pero nunca he dicho nada tan en serio en mi vida.
A veces no puedo evitar pensar que no formo parte de ella, que soy un elemento apartado, pero en el fondo sé que no soy ni mejor ni peor, sólo soy parte de ella y con eso me vasta. Todas y cada una de sus partes tienen algo que ofrecer y quiero estar ahí para poder verlo, oírlo, tocarlo, olerlo e incluso saborearlo en algún caso. Quiero quitarme el velo de los prejuicios y la intolerancia y ser capaz de ver a cada una como lo que es, un ser humano.

Así que raza humana estoy enamorado de ti, te amo profundamente y es así porque aunque sé que en cuanto tengas oportunidad me escupirás a la cara, también sé que has de correr a ayudarme cuando te necesite y sobre todo y lo que es más importante porque nunca me dejarás solo.

jueves, 16 de julio de 2009

Ahora que estoy muerto

Ahora que esto muerto… ahora que estoy muerto… qué decir… ahora que estoy muerto…

Ahora que estoy muerto puedo decir, sin miedo a sentirme mal, esas cosas que no dices porque se supone que hay que callar, porque no se ve adecuado, porque, aunque todos sentimos esas mismas sensaciones, no se debe compartir con los demás porque el mundo puede ser muy cruel cuando uno se muestra vulnerable.

Ahora que estoy muerto puedo quitarme la careta y el antifaz que llevo debajo y arrancarme de cuajo la piel de pega que recubre mi verdadera cara, que ya está tan oculta, que ni yo mismo recuerdo como es.

Ahora que estoy muerto puedo decidir que conversaciones no voy a tener y no tengo que hacer nada que no quiera. No tengo que aguantar porque sí, ni que callar porque no. No tendré que ir y venir por el pasillo de mi casa porque el tiempo es un cruel compañero de juegos.

Ahora que estoy muerto no tengo por qué agobiarme cada vez que me parezca que es tarde. No tengo porque irme para casa si no me apetece, no tengo porque levantarme si no me apetece.

Ahora que estoy muerto no haré las cosas para que los demás vean que las he hecho y tengan un mejor concepto de mí. Ya no tendré que llamar la atención intentando ser extravagante. Ya no tendré que darme publicidad, ni que engañar con artimañas.

Ahora que estoy muerto no me preocupará que ropa ponerme o que me dirá la gente cuando llegue a junto de ellos, con respecto a mi apariencia. Ya no pensaré si al quitarme la gorra se me queda el pelo hecho un asco, o sí debería afeitarme. Ya no pensaré si hoy me ha quedado mal arreglada la perilla o si mañana tengo que ir a comprarme una camiseta.

Ahora que estoy muerto no querré el mal de nadie, ni buscaré la desgracia de otros. No me importará si a alguien le va mejor que a mí. No sentiré envidia, ni querré la suerte de otros.

Ahora que estoy muerto no dejaré cosas sin acabar, no me preocupará que el tiempo pase y todo siga igual, no tendré prisa y no pisotearé a nadie para llegar a donde quiero.

Ahora que estoy muerto no vagaré apático por las calles de mi pequeño pueblo buscando una razón que haga de cada día algo especial, ya no necesitaré que en todo momento pase algo para poder sentirme feliz. No me cansaré de cada nueva posibilidad que me ofrece el mundo, ni buscaré, inconscientemente, disculpas para no intentar las cosas, sólo porque tengo miedo a fracasar.

Ahora que estoy muerto no creeré que seguir siendo más o menos infeliz me vale. No buscaré una solución cutre, para poder llevar una vida cutre. No me regodearé en mi tristeza y asumiré que si un día estoy mal no pasa nada, es lo que hay, el ser humano está mal a veces.

Ahora que estoy muerto no echaré de menos nada de esto y eso es tan triste que por eso mismo elijo estar muerto…
Ahora que estoy muerto entiendo que la muerte es el final del camino y veo que yo me he quedado parado en la salida esperando a que alguien me dijera que ya podía empezar.






Ahora que estoy muerto, sé que no hay vida después de la muerte, que con la muerte se acaba todo y que cuando todo se acaba sólo quedan los momentos en los que has sido feliz. Ahora que estoy muerto sé que no he sabido vivir… Ahora que estoy muerto sé que he estado muerto toda mi vida…