Bienvenido ávido lector, te aventuras a entrar en un mundo que (me veo en la obligación de advertirte) puede sobrecogerte.
¨¡Bah, exageras!¨ pensarás y puede que no te falte razón, pero mi deber es transmitirte que estás a punto de cruzar el umbral de la cordura y la decencia para sumergirte en una dimensión en la que las reglas del juego que conoces no sirven.

Yo te acompañaré, si te decides a cruzar. Aunque no sé si eso debería tranquilizarte o alamarte más.
No correrás más peligro que el que tú decidas y no iremos más allá de lo que desees. Tu criterio será siempre el que marcará la frontera, pero has de ser cauto y no confiar ciegamente en él, pues puede que allá a donde te diriges se vea alterado sin saberlo.

Si te crees preparado has de saber que existe una norma para todo el que emprende ese viaje, es una regla clara y sencilla en su planteamiento, pero más difícil de cumplir de lo que parece: En cuanto pases de este punto has de ir con la mente abierta, no has de compartir nada de lo que veas salvo si es tu voluntad, como te he dicho tú decides, ni tan si quiera e pedimos que lo entiendas, sólo que lo respetes nada más.

¿Qué me dices? ¿Continuamos?

sábado, 21 de marzo de 2009

Sólo hablar, escuchar, sentir y volver a empezar

Día de melancolía, día de estar en casa tirado en la cama escuchando canciones que emocionan a mis padres, porque hace ya años que no las oían y forman parte de su juventud.
No un día triste, no un día de reflexión y de plantearse la vida, sólo un día melancólico, un día de esos que buscas un mensaje en cualquier lado, que estás esperando a que el mundo se ponga en contacto contigo, porque sabes que tienes mucho de qué hablar con él pero a ninguno de los dos os salen las palabras.

Hoy tengo un día de esos que necesitas hablar de todo y de nada con cualquiera que te encuentres y que te quiera escuchar, pero que no te atreves a llevar a cabo, porque te da miedo que no te atienda, que no le interese, que no te escuche, mostrarte vulnerable, que no te entienda, que te entienda y se sienta igual que tú, sencillamente te da miedo que se supone que las cosas no se hacen así y no sabes cómo va a reaccionar la otra persona. Aunque a veces parece que uno debe llevarlo escrito en días así porque es fácil que te encuentres con alguien dispuesto a desahogarse contigo, porque tiene un día como el tuyo.

Mientras espero a tener la suerte de encontrarme hoy con alguien que, durante segundos, minutos u horas se convierte en tu alma gemela y tienes con él/ella una de esas grandes conversaciones que te hacen sentirte reconfortado sin que nada haya cambiado, escucho como las grandes letras son atemporales y rememoro mi niñez en el asiento trasero del R5 mientras mi padre le daba la vuelta a la cinta para que sonara la cara b que contenía algún de estas canciones que hoy me emocionan. Sería el equivalente de un ¨Regla cd¨ (supongo que los que leáis esto sabréis a que me refiero), pero grabado con tu radio-cassette de doble pletina que tenía una antena que casi llegaba al techo de la cocina.

Poco a poco hago una retrospectiva de los últimos años de la música española y me doy cuenta de que muchísimas veces no escuchamos las canciones, sólo las oímos…. y realmente es una pena porque es más que emocionante cuando descubres que alguien que, no sólo parece que se ha metido en tu cabeza y lo ha expresado como tú nunca hubieses sabido, si no que incluso te descubre sentimientos o ideas que aún no eras consciente de que tenías. Y no sólo me refiero con esto a la música, el arte es un mundo maravilloso que nos transmite infinidad de sentimientos y que está ahí para cuando nosotros queramos hacerle caso.

Hoy para mí es un día en que necesito arte, necesito una respuesta, necesito una opinión, necesito alguien o algo que sea capaz de emocionarme y necesito que este permitido mostrarme vulnerable y asustado ante los demás sin que nadie lo vea estúpido, absurdo o gracioso, necesito que como nos dice nacha pop alguien venga y me diga ¨en un mundo descomunal, siento tu fragilidad…¨.

No necesito nada especial, no estoy pidiendo ayuda, sólo digo que me gustaría que el mundo pudiese aceptar como son las personas y que todos pudiéramos quitarnos la máscara, abrirnos el esternón y quitarnos los zapatos… Mostrar un ser humano en su estado puro y que no fuera un caso especial, ni una aberración… Sólo creo que ese planeta sería un lugar mucho más agradable si la gente intentará juzgar menos y pensar más.

Para acabar, me gustaría ofrecerme para todos cuando os toque un día de estos o de cualquier otro tipo, porque sencillamente hay días que apetece hablar y muchas veces da miedo tener que empezar a hacerlo, así que os prometo escucharos cuando lo necesitéis y os apetezca.
Sin más os deseo que seáis muy felices y que lo consigáis sin detrimento de nadie más, porque al final es lo único que importa, ser feliz y poder sentirte orgulloso de cómo has hecho las cosas, nada más.

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